Lo de Astana
O cómo liquidar en apenas cuatro meses lo que parecía tarea casi imposible a lo largo de una temporada completa.
El rendimiento colectivo del conjunto XDS-Astana se ha convertido en uno de los grandes titulares dentro del ecosistema profesional durante los primeros meses de 2025. El conjunto kazajo, que desde este año comparte patrocinio con el gigante chino XDS, inició el curso a 4.670 puntos de la permanencia en la categoría WorldTour después de dos campañas desastrosas en lo deportivo. A falta de sólo una más para completar el trienio que dictamina las 18 formaciones WT para el siguiente periodo, la tarea de enjugar ese margen se antojaba casi imposible, valorando que a lo largo de todo el pasado año fueron capaces de acumular poco más de 6.500 puntos y que Cofidis, el equipo que marcaba el límite de ese objetivo, iba a alcanzar a lo largo de estos meses una cifra similar por muy mal que les fuera. Así las cosas, Astana debía proyectar en el supuesto más ventajoso para sus intereses alrededor de 12.000 puntos a final de temporada para contar con alguna esperanza de no descender de categoría. De ahí para arriba.
La realidad cuatro meses después, superado el primer bloque de carreras a las puertas del Giro de Italia, es que XDS-Astana suma ya casi 7.500 puntos, más de lo conseguido en todo 2024. Sólo UAE Emirates y Lidl-Trek le superan en el recuento anual y el retraso inicial de 4.670 puntos se ha reducido a una diferencia cercana a los 150. Prácticamente nada. Es más, esa desventaja se mide ahora sobre el equipo Picnic, que allá por el mes de enero arrancó el curso relativamente tranquilo con un superávit de más de 5.100 puntos sobre el grupo comandado por Alexandre Vinokourov. Entonces, ¿qué ha pasado?
Cumpliendo expectativas
El ciclismo sigue pagando por los pecados de su pasado, muchos y sonoros. Cuesta poner la mano en el fuego por nadie que no se conozca a unos niveles personales aquí o en cualquier otra disciplina, y no ya por desconfianza, sino porque doparse, equivocarse, es un acto que sólo requiere de un momento de debilidad. En ese sentido, mi opción siempre ha sido conceder el principio básico de inocencia que pienso que todos merecemos hasta que se demuestre lo contrario. Para mí resulta lo más justo; para otros quizá se trate de ingenuidad. Hay suficiente background como para llegar a comprender la duda de quien se ha sentido estafado; existe al mismo tiempo la realidad de demasiados nexos entre diferentes etapas, pero también la seguridad de que se ha recorrido un camino con el que han llegado muchas mejoras, tanto en la práctica como sobre todo en la concienciación individual y colectiva.
No obstante, si se analiza uno por uno el rendimiento de todos los ciclistas de XDS-Astana esta temporada no se encuentra nada fuera de lugar. La raíz de su éxito no se localiza en que haya 2 o 3 sputnik compitiendo a un nivel estratosférico, sino más bien en que casi todos han sido capaces de alcanzar un rendimiento óptimo según las capacidades ya conocidas. De hecho, sólo el italiano Christian Scaroni ha dado un salto de calidad notorio en este 2025, algo que puede darse perfectamente en un ciclista de 27 años con resultados prometedores en temporadas pasadas. El resto sólo ha cumplido las expectativas fijadas de antemano, que no es poco.
Plantilla y calendario
Existe un pilar fundamental sobre el que se sustenta la reacción de XDS-Astana y que explica en esencia por qué han acumulado tantos puntos en tan pocos meses: toda la planificación de cara a la temporada 2025 gira en torno a ese objetivo. Así de sencillo. Desde los fichajes y las bajas hasta el aprovechamiento de todos y cada uno de los corredores en todas y cada una de las carreras a las que han acudido, y ahí entran incluso los ciclistas del cuadro filial, gracias a los cuales han ampliado su abanico de carreras completando alineaciones allá donde no les daba para viajar sólo con hombres del primer equipo. Puntúan los del WT pero todos ayudan a que aumente la cifra.
Que Vinokourov se haya permitido además reducir el número de ciclistas kazajos de forma drástica -pasando de una media de diez a sólo tres esta temporada- ayuda a que el fondo de armario resulte mucho más convincente. En un sistema en el que puntúan los veinte mejores corredores de la plantilla, ceder tantas plazas a una bandera por encima de unos méritos deportivos acaba suponiendo un lastre.
Astana renovó su grupo a fondo. Catorce caras nuevas -quince si contamos a Alberto Bettiol- y se envió al cuadro filial a chicos con contrato en vigor caso de Santiago Umba, Daniil Marukhin y Gleb Syritsa, el único movimiento de todo el invierno que no se realizó en clave puntos y que respondió a la necesidad de satisfacer al nuevo patrocinador dando cabida al chino Haoyu Su. Entre los nuevos, mucho corredor de rendimiento inmediato. Diego Ulissi, Wout Poels, Clément Champoussin, Aaron Gate, Sergio Higuita, Mike Teunissen o Matteo Malucelli. Piezas que por sí solas no encajaban en ningún mecanismo colectivo previamente asentado pero que de forma individual podían comenzar a sumar puntos desde el primer día. Luces de neon.
De esa forma, desde la primera carrera del calendario, el reto ha sido enviar a cada carrera al menos a dos o tres corredores con el firme objetivo de volver con el zurrón repleto de puntos. Y ha habido una planificación minuciosa para conseguirlo, ya fuera en pruebas de categoría WT o en cualquier pequeña clásica de categoría 1.1. Sirvan los siguientes ejemplos:
Aaron Gate. A este neozelandés de 34 años le ficharon después de que mostrara el pasado año en Burgos-BH su capacidad para destacar en un calendario no tan convencional como el europeo. Centrado en objetivos de ese tipo su respuesta ha sido magnífica. Sumó 250 puntos por el 2º puesto en la Cadel Evans Road Race y 150 más en el Tour de Hainan, donde los kazajos fueron el único conjunto WT en liza. Ya acumula 511.
Henok Mulubrhan. Para mí el caso más claro de la ingeniería del punto. 323 gracias en buena medida al podio en la Muscat Classic de Omán, a los 110 del Tour de Hainan -compartió liderato con Gate- y los 108 del Tour de Ruanda, en donde compitió enrolado en la selección eritrea. Esos puntos siguen valiendo para el cálculo del equipo.
Harold Martín López. El ecuatoriano es un joven y prometedor escalador al que el falta un pasito para acercarse a los mejores del pelotón WT. Aún con todo, fue 13º en la general de la Volta, donde además de sumar 47 puntos adquirió un golpe de pedal con el que después se impuso en la general del Tour of Hellas y concluyó segundo este domingo en Turquía. Carreras de menor nivel pero en las que superó los 300 puntos. Su cuenta total ya asciende a 411.
Simone Velasco. El “Pichichi” de XDS-Astana con 850 puntos. Ciclista irregular pero con una notable habilidad en cotas no muy largas y una interesante punta de velocidad. Campeón nacional italiano hace dos años, supo sacar provecho a una edición de la Itzulia no muy exigente para concluir octavo de la general. Su mayor golpe llegó en Lieja, donde tras no mostrarse en toda la carrera fue capaz de ganar el sprint del grupo para finalizar cuarto y sumar sólo ahí 440 puntos.
Clément Champoussin. Astana decidió abonar la rescisión fijada en su contrato con Arkéa para hacerse con uno de los ciclistas franceses mejor capacitados para adaptarse a las características del sistema de puntos. Fuerte en montaña pero con cierta punta de velocidad de la que tirar en llegadas reducidas. Con libertad plena y absoluta en todo lo que ha competido, el de Niza ha alcanzado ya los 700 puntos UCI a pesar de no contar ninguna victoria. Su inicio de 2025 liga con su magnífico final de 2024.
Cees Bol. Sólo 172 puntos pero muy significativos. Considerado uno de los mejores lanzadores de la actualidad, ha llegado a esprintar en ausencia de un líder con el único objetivo de merodear puntos. El culmen de su caso radica en que, una vez cumplido su trabajo al servicio de otros compañeros, Bol ha seguido esforzándose para finalizar lo más arriba posible, algo inusual en la labor de estos especialistas.
Max Kanter. Un sprinter de segunda línea al que XDS-Astana le ha dado un calendario adaptado a sus características. Citas de mayor nivel en las que puestear dentro del top 10 acompañadas por clásicas menos reconocidas en las que luchar por la victoria. Segundo en Almería, este domingo estrenó su palmarés en la Famenne Ardenne Classic. 543 puntos.
Lorenzo Fortunato. Otro ciclista que se ha disparado en puntos esta temporada, aunque antes de su magnífico Tour de Romandía -4º en la general y triunfo de etapa- principalmente por su actuación en carreras del Europa Tour. Es ahí donde la formación kazaja ha introducido una enorme cantidad de pruebas a su calendario para abarcar el máximo número de frentes posible. 734 puntos.
Christian Scaroni. El único ciclista que sí que ha ofrecido un cambio relevante en su rendimiento respecto a años anteriores, aunque en ningún caso algo fuera de lugar o en competiciones en donde se haya medido a los mejores del pelotón. Gracias de nuevo a ubicarle en un calendario propicio -y de menor nivel- el italiano ha llegado ya a los 841 puntos.
Wout Poels. Sin ser el de sus mejores años, el neerlandés se mantiene como un escalador aprovechable en el calendario indicado. No sorprende pues que en Turquía dominara las subidas para liderar un doblete en la clasificación general junto a su compañero Harold López. 334 puntos. Sólo 24 en carreras WT.
Ideas claras
Son diez ejemplos de ciclistas que han completado cuatro meses enfocados en el objetivo prioritario de coleccionar puntos, incluso por encima de ganar carreras, a lo que añadiría que otros tan importantes como Alberto Bettiol, Diego Ulissi o Sergio Higuita no han alcanzado de momento el rendimiento que han mostrado años atrás. Los triunfos han llegado como consecuencia de esa planificación, de los trece celebrados sólo uno, el de Fortunato en Romandía, cuenta con rango WT. Ahí se encuentra otro de los aciertos de Astana y de su cuerpo técnico: identificar sus debilidades y sus virtudes; potenciar su teórica superioridad en un determinado tipo de carreras (Hainan, Hellas, Turquía, ciertas clásicas del Europa Tour…) y saber dónde debían pensar en la victoria y en qué otras competiciones tocaba guardar fuerzas para sacar provecho de una mayor frescura en el momento de sumar los puntos, aunque significara renunciar de antemano a la opción de ganar o de obtener mayor visibilidad.
Esto ha significado no pocas veces que llegando dos, tres o incluso cuatro ciclistas del equipo en el grupo delantero, en vez de preparar la llegada para uno de ellos, todos jugaran sus bazas en el sprint sacrificando la ventaja de proteger a un determinado líder. Un sinsentido en otro momento pero que, analizado el sistema y el reparto de puntos, ha dado rédito a Astana conquistando como conjunto un número superior de puntos que los otorgados al ganador.
Es posible que la forma de afrontar las carreras y de competir de XDS-Astana esta temporada no esté resultando la más canónica ni en cierto sentido la más ventajosa a la hora de sacar partido a la inversión de sus patrocinadores, sobre todo en las mejores carreras del calendario. Sin embargo, responde a la máxima que mostró Arkéa en el pasado ciclo y que sirvió a los franceses para asaltar la máxima categoría -aplicable para la mayoría de formaciones de la parte media y baja del pelotón internacional-: la principal forma de sumar puntos es conocer el sistema, adaptarse a él y competir siguiendo sus normas. Tan simple como efectivo.
La imagen del podio de Famenne Ardenne se ha tomado de la nota de prensa oficial del equipo; la de Matteo Malucelli, de la organización del Tour of Turkey; mientras que la de Aaron Gate luciendo el elegante jersey de campeón nacional pertenece a la galería que el conjunto distribuye entre prensa y medios para su uso a inicio de temporada.